Terapia de Pareja

Cierto nivel de conflicto o periodos de crisis en la pareja son naturales e inherentes a cualquier relación entre humanos a medida que ahondan en su compromiso y evolucionan en su proyecto común.

Los conflictos derivados de las diferentes etapas por las que atraviesa una pareja (como la convivencia, tener hijos, su emancipación, por poner algunos ejemplos) pueden vivirse como una oportunidad para conocerse mejor y profundizar en la relación, aunque impliquen cierto nivel de sufrimiento y esfuerzo.

Sin embargo, cuando el nivel de conflicto es insostenible y se repite en el tiempo, generando sufrimiento en una o ambas partes, puede que se esté pasando por una crisis y sea el momento de recurrir a un profesional imparcial y neutral.

Muchas personas acuden a la consulta porque están firmemente decididas a recuperar su relación de pareja, otras porque no saben bien qué está sucediendo y necesitan de una ayuda profesional que les acompañe a superar esa crisis, otras muchas porque quieren poner fin a su relación pero temen hacerlo.

Una terapia de pareja es un espacio de cuidado en el que pensar sobre las dificultades que imposibilitan que la relación evolucione. Los motivos por los cuáles surgen los problemas de pareja deben ser analizados para poder comprender si se trata de una crisis pasajera, habitual en el ciclo evolutivo de la pareja o si por el contrario, la relación se encuentra en una crisis más profunda.

Puede que el resultado de afrontar la crisis sea salir fortalecidos o, por el contrario, poner fin a dicha relación.

Los problemas de pareja más frecuentes son los siguientes:

• Peleas o discusiones constantes y destructivas, en las que generalmente, no se llega a ninguna solución, generando un ambiente tenso en la convivencia.
• Falta de comunicación e indiferencia hacia el otro.
• Conflictos difíciles de abordar, tales como, infidelidades, problemas sexuales, dificultades con las familias de origen…
• Dificultades para aceptar y respetar las diferencias de la otra persona.
• Celos patológicos por parte de uno de los miembros de la pareja.
• Dependencia emocional de uno o los dos miembros de la pareja.
• El rol de padres invade o dificulta el espacio de la pareja.
• Las diferentes formas de concebir la educación de los hijos generan conflicto.

La frecuencia habitual es de una sesión por semana, aunque se valorará y adaptará la frecuencia a las necesidades de cada caso particular.